Hace cuatro años también se jugaba un Mundial. También le habíamos ganado a México y esperábamos el choque con Alemania. Y Fabián Bielinsky les deseó suerte a los jugadores argentinos y les dedicó el Cóndor de Plata que le dieron como Mejor Director del año. Pero el 29 de Junio los diarios decían que Fabián ya no volvería del viaje de trabajo a San Pablo; que no le cumpliría la última promesa telefónica a Martín ni le daría el beso del regreso a Cristina. Que las puteadas que le grité al televisor cuando daba la noticia serían inútiles. Que la Muerte -esa traidora- no me había llevado años atrás para mejor arrancarme ahora un pedazo de corazón. Que cuatro años después sigo sin entender por qué yo estoy vivo y Fabián no.
Pero hace cuatro años no pude decir nada de esto. No pude decir nada en mi blog que quedó cinco meses abandonado. Recién entonces pude juntar fuerzas y esto es lo que quedó:

Este post tardó cinco meses en ser completado desde su concepción. Esto es lo que pasó:
Fabián es (me resisto a usar el pretérito) mi primo menor; el hijo de la hermana menor de mi madre. También es considerado el mejor cineasta argentino en mucho tiempo. Con sólo dos películas (escritas y dirigidas) en cinco años fue versionado por la primera (“Nueve Reinas”) en los Estados Unidos (“Criminal”) y elegido por la segunda (“El Aura”) para los premios Oscar.
Pero Fabián es algo diferente para mí: algo así como el hermanito que hubiera querido tener. El que recuerdo de bebé aferrado a su mantita, riendo a carcajadas con los cuentos que le inventaba con sus ositos, ganándome en el juego de damas a los seis años. Sus películas eran la creatura de la inteligencia y el profundo interés humano que le conocí de toda la vida. Él era mi orgullo.
El 26 de Junio “El Aura” fue premiada por la Academia argentina como la mejor película del año anterior. Tres días más tarde estaba por comenzar a dibujar su retrato para expresar mi alegría cuando la televisión, que estaba encendida en el canal de noticias, informo de su repentina muerte en un hotel de Brasil (donde estaba por un comercial) mientras dormía. Era como una pesadilla y continuó así todos estos meses.
Bloguear, por supuesto, perdió su atractivo para mí. No había nada de lo que quisiera hablar hasta haber pintado su retrato y me encontraba completamente incapacitado para hacerlo hasta hoy. Ni siquiera sé si es bueno, porque en realidad no estaba pintando su retrato sino la tristeza que siento trasladada a su rostro.
Como sea, necesitaba sacarme esos sentimientos de adentro y seguir adelante. Al menos, eso espero.
Caricatura sin motivo particular. Salió publicada con esta nota, pero podría haber sido con cualquier otra.
Humildemente, creo que es el mejor trabajo que hice hasta ahora con las herramientas de acuarela del programa ArtRage Studio. De a poco le voy agarrando la mano ¿no? (click para agrandar).
Una cierta versión vulgarizada de la teoría freudiana reduce el conflicto edípico en el niño a un "deseo de matar al padre" (y ocupar su  lugar junto a la madre).
Esta reducción literal puede ser inducida a partir de la forma de expresión del creador del Psicoanálisis, limitada -entre otros factores- por el modelo de familia nuclear dominante entre sus pacientes de la Viena fin de siecle. Pero las aportaciones etnográficas de la Antropología al revelar otros modelos familiares, como el "avuculado" de las islas Trobriand (donde el objeto de hostilidad es el tío materno) y el estructuralismo linguístico lacaniano (que tradujo los conceptos freudianos a ecuaciones abstractas) han ayudado a comprender mejor el sentido simbólico y cultural de este postulado.

Ocasionalmente, sin embargo, la realidad política parece justificar la difundida versión vulgar. Entre nosotros, las sucesiones dinásticas no eran infrecuentes mientras la política estuvo limitada al círculo bastante estrecho de las clases dominantes tradicionales. El caso más notorio fue el de Roque Saenz Peña, cuyos planes reformistas para terminar con las prácticas fraudulentas fueron postergadas mediante el expediente de anteponerle la candidatura de su padre Luis. Recién tras la muerte de éste pudo su hijo retomar la ofensiva hasta lograr la sanción de la famosa Ley de voto secreto, universal y obligatorio.
Esta nota explora los rasgos intelectuales y de conducción política heredados de su padre por la nueva estrella ascendente de la constelación pan-radical. Pocos de sus seguidores parecen dispuestos a recordar el oscuro lugar que su nuevo líder ocupaba hasta que la muerte de su padre lo puso en la frecuencia de los radares periodísticos. Tal vez la mayor utilidad de este ejercicio resulte en la advertencia de que la supuesta virtud de la identidad hereditaria es también es también su mayor defecto: ¿ O es que los votantes  estarán ansiosos por reeditar los errores que determinaron la inviabilidad del gobierno alfonsinista en su primera versión?

Desde que la dramática vida del matemático John Nash fue filmada en "Una mente brillante" (y aún antes), el tópico del "genio inadaptado" es uno de los favoritos de los medios masivos. Como señala esta nota, el ruso Perelman llena todos los requisitos.

Después de una precoz y ascendente carrera en Europa y EEUU, declinó las mejores ofertas académicas para retornar al hogar materno y la obscuridad en San Petersburgo. De pronto, en 2002 publicó en Internet la presunta solución a la Conjetura (ahora Teorema) de Poincaré, uno de los siete grandes problemas irresueltos de la matemática. Después de dos años de revisión pública sin ser hallada una falla en su planteo le fue otorgada la Medalla Fields, equivalente al Nobel para la especialidad. Más tarde la Fundación Clay le reconoció el "premio del milenio" de 1 millón de dólares  prometido a quien resolviera uno de los siete problemas.

Entonces fue cuando su personalidad asocial entró en colisión con los usos y costumbres de la gente "normal". Se negó a asistir al Congreso de Matemáticos en Madrid para recibir la medalla. Y hasta esta semana no decidió sobre el premio Clay. ¿Sus razones?
Cualquiera entiende que si la respuesta es correcta no se requiere  otro reconocimiento...No quiero estar en exhibición como un animal en el zoológico. No soy un héroe de las matemáticas...no quiero que todo el mundo me esté mirando.
Esta actitud suena  "inadaptada" en un mundo revuelto por el frenesí capitalista. De modo que -casi lógicamente- consiguió redoblar la curiosidad periodística, forzándolo a recluirse en una vida elusiva. Abandonó su trabajo y vive pobremente de la pensión materna. No concede entrevistas y apenas unas fotos  casuales le fueron tomadas en el subterráneo. Se dice que abandonó la matemática tanto como la higiene personal. Sin embargo, según sus viejos amigos, dice haber encontrado la prueba matemática de la existencia de Dios. Vive rodeado de cucarachas, íconos religiosos, cruces y rosarios.

Mientras un puñado de nostálgicos de la era soviética toman su rechazo de los premios como testimonio de "patriotismo comunista" y los medios lo tratan exactamente como el "animal de zoológico" en el que no quería convertirse, queda en pie la pregunta de ¿quién es el inadaptado en un mundo que "ha saltado de sus goznes" como proclamó el Hamlet de Shakespeare hace ya varios siglos?