Durante su término al frente del obispado de Viedma el hoy retirado Monseñor Hesayne intercambió una serie de cartas con el dictador Videla y su ministro del interior, Harguindeguy, entre otros.
Las cartas muestran (por debajo de los más que respetuosos encabezamientos) una enfática condena de las prácticas de la violencia y la tortura por entonces empleadas por los militares que otras autoridades religiosas ocultaban o directamente condonaban.
El New York Times (en una columna editorial, nada menos) dice que:
Considering the enormous value of the information he has revealed, and the abuses he has exposed, Mr. Snowden deserves better than a life of permanent exile, fear and flight. He may have committed a crime to do so, but he has done his country a great service.
 También Sir Tim Bernes-Lee, el así llamado "padre de la WWW", apoya las acciones de Snowden  y que éste "se ha convertido en una parte importante del sistema" para proteger a la Internet como un espacio abierto.

Evidentemente, los tiempos están difíciles para la respetabilidad de las agencias de espionaje que cuidan la seguridad de los ciudadanos norteamericanos y su tradicional estilo de vida.