Esta ilustración fue hecha para esta nota. Pero la metáfora de la "tentadora" Anita Ekberg me gustó como símbolo de algo diferente: la intensa corrupción vaticana que ya se llevó puesto a Ratzinger y veremos si no lo hace con Bergoglio también.

Entretanto, esta es la traducción al castellano de mis impresiones sobre el nuevo papa que escribí para los lectores de mi blog en inglés, que -tal vez- ya sean muy obvias para los lectores argentinos.
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¿Así que se preguntan qué clase de papa será mi compatriota Jorge Bergoglio (también conocido como Francisco)? en dos palabras: uno muy, muy político. A diferencia de su predecesor Ratzinger, este no es un hombre de gabinetes, sino un hombre de la calle. Fue el típico chico común, criado en un típico barrio de clase media-baja de Buenos Aires. Con una particularidad: él eligió ser sacerdote (contra la fuerte oposición de su madre). Y eligió serlo por el camino más arduo: en la Compañía de Jesús; así que como cualquier jesuita es un hombre que sabe de ascetismo mezclado con duro trabajo de estudios.

El tiempo y el lugar son importantes: Bergoglio llegó a sus responsabilidades sacerdotales cuando la Argentina era desgarrada entre izquierdistas y derechistas. Muchos jóvenes sacerdotes fueron seducidos por la Teología de la Liberación y decidieron residir en las "villas miseria" en busca de un Jesús "revolucionario", enfrentado a los "sumos sacerdotes" y los "mercaderes del templo". Bergoglio (como la facción peronista a la que estaba vinculado, Guardia de Hierro) buscó una "tercera posición": acercar los pobres a la Iglesia sin disolver a ésta entre aquellos. Esta es la raíz de su ambigua conducta con respecto a la feroz última dictadura: ayudó silenciosamente a aquellos que apelaron a él, mientras dejaba solos a aquellos que se negaban a reconocer las nuevas circunstancias (este es el caso de dos jóvenes sacerdotes de los que se ha ocupado la prensa en estos días).

El cardenal Bergoglio se convirtió en jefe de la Iglesia argentina cuando el país luchaba por superar la más profunda crisis de su historia. Mientras que pudo no haberse opuesto al enfoque neo-keynesiano de Néstor y Cristina Kirchner, bien pudo sentirse alejado por la retórica izquierdista de éstos y su enfatizada proximidad a los organismos de Derechos Humanos que resentían la complicidad de la jerarquía eclesiástica con la dictadura. De modo que se vio envuelto en una competencia con ellos y más cercano a la dispersa oposición política. Como resultado de ello, fue derrotado por las iniciativas liberales (como el matrimonio igualitario) que ellos apoyaron y fueron bien recibidas por la mayoría. Cuando su prospectiva parecía ser la jubilación, se encuentra con una nueva y mucho más amplia oportunidad.

Así que -con las debidas restricciones- esta es mi conjetura de las acciones previsibles del papa Francisco:

1) Al interior de la Iglesia, una postura enérgica contra el encubrimiento de casos de abusos. Una exigencia de "salir" a trabajar con los pobres, los jóvenes y los marginalizados (como los drogadictos). No veo un final cercano al celibato sacerdotal sino una actitud flexible hacia aquellos que optan por el matrimonio y desean seguir vinculados a la Iglesia de alguna manera.

2) En América Latina, un esfuerzo por controlar el ascenso de gobiernos populistas, intentando morigerar su retórica izquierdista y colocando a la Iglesia como suprema autoridad moral. Esta es la principal tarea para la que fue elegido.

3) Hacia la economía globalizada, un énfasis en el compromiso de los empresarios con la creación de puestos de trabajo y una dura condena de los efectos deletéreos del Capitalismo financiero.

4) Hacia las relaciones entre la Iglesia y la Mafia italiana, no meter la nariz y dejar que los negocios sigan como acostumbraban. Esta también es una "tarea" para la que fue elegido.
El Memorandum de Entendimiento con Irán permitirá -ante todo- finalizar el juego del contencioso entre los dos países, basado en pruebas secretas que nadie ha visto, aportadas por un testigo de identidad reservada. Un juego en el que la Argentina ha servido de peón en un tablero geopolítico ajeno. Sugiero leer esta entrevista con quien estuvo involucrado en las primeras etapas de la investigación, antes de que las pistas reales fueran borradas.

Por otra parte permitirá terminar con las infinitas ambigüedades que prosperaron a la sombra de una causa judicial insepulta. Un ejemplo es Fabián Bosoer, autor de la nota para la que hice esta ilustración. Mientras defiende en un periódico local de difusión limitada la posibilidad de que el acuerdo redunde en efectos positivos, sostiene en una columna del New York Times, el tradicional relato prejuicioso que la derecha internacional quiere leer.

Posiblemente tengan razón quienes -apelando al golpe bajo- denuncian el acuerdo como "el Punto Final" de la causa. Pero se olvidan de que la causa descarriló hace mucho, cuando fue desviada por el juez Galeano (y sus instructores de los servicios) hacia la vía muerta de la Traffic-bomba y de Irán. Final de juego, entonces, para las muchas hipocresías que vienen encubriéndose con ella y -tal vez- inicio de otro viaje; esta vez hacia la trama de encubrimientos y complicidades de adentro y de afuera.