Las últimas reuniones blogueriles me permitieron advertir cuánto se ha extendido la influencia intelectual de este grupo entre jóvenes que se identifican como Peronistas a través de su pensamiento. Ciertamente, ese crecimiento quedó "oficializado" por la explícita reivindicación que hizo Jorge Coscia durante la asunción al cargo de Secretario de Cultura (esta nota es crítica de esa postura pero, como de costumbre, la ilustré guardando mi distancia).

Creo que esta revaloración tardía del pensamiento de Jauretche y Scalabrini Ortiz (no tanto de Ramos, que tuvo la desgracia de vivir cercanos tiempos infames, de los que no supo preservarse) es -sobre todo- mérito del talento y la tosudez de Norberto Galasso. Quiero decir: a comienzos de los '70 Scalabrini era una referencia poco conocida ni reeditada más allá de un par de frases y Jauretche aparecía en algunos programas televisivos como un polemista colorido y algo extravagante, cuyos apotegmas sociológicos estaban lejos de ser considerados un cuerpo doctrinario. Fueron los libros de Galasso sobre ellos los que les dieron la envergadura que hoy tienen. Lo curioso es que ellos nunca fueron considerados por las estructuras partidarias peronistas como integrantes plenos sino, más bien, algo así como "compañeros de ruta"; valiosos, pero un poco laterales.

Y-lo que es más importante- tampoco ellos renunciaron a mantener una distancia crítica de los aspectos que consideraban más flacos. Valga este párrafo de Scalabrini como muestra:
“Hay muchos actos, y no de los menos trascendentales por cierto, de la política interna y externa del general Perón que no serían aprobados por el tribunal de las ideas matrices que animaron a mi generación. Pero de allí no tenemos derecho a deducir que la intención fuese menos pura y generosa. En el dinamómetro de la política, esas transigencias miden los grados de coacción de todo orden con que actúan las fuerzas extranjeras en el amparo de sus intereses y de su conveniencia. No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país” (1947).
El subrayado es mío, por supuesto. Obedece a la curiosidad que me despierta en mi ignorancia, averiguar cuáles podían ser esos actos trascendentales de Perón que merecían la crítica de Scalabrini en el período más brillante de su gobierno. Crítica de la que no se privaba aún en medio de un párrafo contundente (con el que estoy completamente de acuerdo) sobre lo que significa una actitud consecuente frente a las opciones concretas de un momento histórico.

Mientras los compañeros de hoy adoptan estos referentes como antecesores genealógicos de su identificación peronista en base a valores nacionales y sociales de justicia y equidad -que exceden el marco partidario por ser valores universales-, ellos parecían mantener esa perspectiva dual de acompañamiento autónomo. Por lo menos a juzgar por el testimonio de Hernández Arregui de un encuentro con Scalabrini, en 1951, en el que éste le habría dicho:
¿Usted no cree, Arregui que ha llegado el momento de formar un partido comunista nacional? ¿No cree que dado el avance que hemos logrado últimamente es necesario un partido de izquierda que incida sobre el peronismo, una izquierda nacional?
Aparentemente, Scalabrini fundamentaba su comprensión del fenómeno histórico peronista en una sólida formación intelectual que no se limitaba a una liturgia consignista. Ni temía insertar conceptualmente un acontecimiento nacional en el marco más amplio de la Historia Universal (como si las luchas libertarias de un pueblo tuvieran que mantenerse ascépticamente aisladas de "ideológías foráneas"). Véase, si no, a qué paralelimos apela a un año del 17 de Octubre del '45:
“Dentro de pocos días se cumplirá un nuevo aniversario de un acontecimiento que en mi juventud me conmovió profundamente, tanto como en el correr de los años debía de conmover al mundo: la rebelión del pueblo ruso, bajo la dirección de un genio político trascendental Nicolás Lenin. Las revoluciones destinadas a marcar una huella perdurable en la historia presuponen la existencia de dos factores: primero, un pueblo dotado de una elevada tensión espiritual y de un ímpetu de generosidad colindante con el mesianismo, como era el pueblo ruso, de acuerdo a sus intérpretes más fehacientes y como yo creía que era la facción más genuinamente diáfana del pueblo argentino. Segundo, conductores que estén íntima e inseparablemente imbuidos de ese espíritu, hasta el punto de ser sus intérpretes como lo fue Lenin. Lenin era un doctrinario dogmático, pero un ruso ‘profundamente nacional’ según el testimonio textual de Trotsky quien agrega: Para dirigir una revolución en la historia de los pueblos es preciso que existan entre el jefe y las fuerzas profundas de la vida popular un lazo indisoluble y orgánico que alcance a sus raíces esenciales”
Ojalá que la gestión de Coscia (y de quienes lo acompañen) no se limite a la difusión textual de sus maestros inspiradores sino que se exprese en políticas auténticamente revolucionarias, como las que hace poco pedía Ignacio Copani: que el Arte abra puertas a los jóvenes privados de oportunidades; que puedan formar sus orquestas, pintar sus vidas, filmar sus ilusiones. Ojalá.

Recomiendo la lectura de la respuesta de Galasso a las estrechas críticas de algunos familiares de Scalabrini al final de la página siguiente: http://www.elortiba.org/sortiz.html
También la respuesta a Proyecto Sur sobre el paralelo actual: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-119374-2009-02-02.html

Comments (7)

On 26/8/09, 12:41 , Sirinivasa dijo...

Muy linda reseña che, y formidables las citas.

Es interesante el recorrido que tuvieron las fallidas experiencias de construcción político partidarias de esa 'Izquierda Nacional' que imaginaban tan necesaria estos próceres. Amén de su pertinencia y de los deseos que pusieron allí, algo... algo rehuía sistemáticamente el encuadre político partidario orgánico de esa 'izquierda del pensamiento nacional', sin dudas los ciclos centrípetos-centrífugos que tuvo el peronismo contribuyó a abortar esos intentos.

Eso más allá de las mezquindades y oportunismos que pudieran haber tenido las individualidades involucradas.

A la postre, aún sin consolidarse orgánicamente, y desde las orillas, acabaron siendo los referentes intelectuales indiscutidos del peronismo, totalmente orgánicos en el sentido gramsciano, pero siempre en disonancia con las estructuras orgánicas reales.

Saludos, y hace poco descubrí la versión blogspot de gloriamundi -la acabo de incorporar al blogroll de DD, el host anterior no me actualizaba las entradas.

 
On 26/8/09, 13:59 , Bob Row dijo...

¡Hola Siri, qué bueno que me hayas encontrado acá (no me explico cómo no te avisé antes; disculpame)

Creo que aquello que entonces era tan difícil de formular (en un período de divisiones cortantes en todo el mundo) está mucho más dispuesto a ser discutido hoy. Sólo hay que sacudirse la pereza mental. La traumática experiencia de los '90 y la compleja situación actual lo reclaman.

Hay quienes creen que las contradicciones de los procesos históricos se solucionan cerrando los ojos y gritando fuerte. No es así. Todo fenómeno nuevo se forma con los elementos del período anterior y cada uno de ellos trae su carga. Pienso en que Scalabrini escribió su Historia de los FFCC argentinos en la Alemania del '33 al '35 porque ¿quién le hubiera dado los medios, si no?

Hace poco Abel linkeó a una nota sobre la correspondencia entre Martínez Estrada y sus amigos:
http://abelfer.wordpress.com/2009/08/13/para-los-que-leen-por-internet/
Hay que ver lo que dice de los arribistas que se encaramaban a la revolución cubana en los primeros años ¿por qué habría tenido que ser más fácil acá? ¿no acabó el sueño marxista en la pesadilla de Stalin, acaso?

Creo que cuanto antes lo discutamos, mejor.

Un fuerte abrazo.

 
On 27/8/09, 1:21 , Bruno Bauer dijo...

El problema de escribir (y dibujar) tan bien.
El peronismo no es un movimiento intelectual: Es pragmático y ecléctico, podrá ser objeto de reflexión pero no sujeto de ella: Las reflexiones mas penetrantes de la experiencia populista argentina tuvieron que venir de afuera (los gramscianos de Aricó, los althusserianos de Laclau).
La influencia de los intelectuales del peronismo se agota en la exegesis de la práctica de los peronistas. En los setenta, el peronismo se dividió en torno a la figura de Perón y el aparato sindical, y no en torno a las ideas de Cooke y Ernesto Palacio. Y hoy pelean en torno a una alianza con el bloque agro financiero o con el industrial, no sobre las ideas de... ¿?
Lo que escribo debe ser irritante, porque suena peyorativo y remanido. Estudié mucho tiempo al peronismo (de hecho aún continúo). Hace poco una colega que trabaja en el Museo Eva Perón me dijo que un compañero de ella usaba una corbata con el logo de las SS. Lamentable, payasesco. Pero pensando me dí cuenta que esa megalomanía (o la otra de equiparar a Lenin con Perón... ejem, pero en serio) es lo que pierde al peronismo: Un movimiento pensado para representar a los sindicatos y a las pymes, un movimiento reformista y conservador pensado para conformar a los trabajadores y movilizar a los almaceneros y convivir tranquilo con partidos que representen a la gran y pequeña burguesía (de Alvear a Carrió) y alguna opción independiente de izquierda (de Penelón al MAS) o de derecha (de Pinedo a Clerici). Pero no, quiso ser todo, agotar a la izquierda y a la derecha, y terminó usando la corbata de las SS y los calzoncillos de la Cheka. Y atrás de eso entraron los intelectuales, pensando que la corbata y el calzoncillo eran la esencia, y olvidando a los sindicalistas y almaceneros, que no necesitaban sus ideas.
EL movimiento peronista me parece señero en la movilización anticapitalista, pero no cumplió las esperanzas que despertó colateralmente y perdura sobre el travestismo. Mejor buscar en otro lado.
Perdón por la extensión y por el agnosticismo. Traté de ser intelectualmente sincero con un blog que aprecio. Saludos

 
On 27/8/09, 19:32 , Bob Row dijo...

Gracias, Galiano. Lo que decís abarca mucho de la complejidad fenoménica del peronismo, no se puede negar. Es cierto que nació de una necesidad práctica de cortar el nudo gordiano que se había armado hacia los '40: la famosa Cuestión Nacional. Incluso desde una perspectiva marxista la formación social argentina se encontraba en una encrucijada. Aislada de la metrópolis tradicional en decadencia y sin poder complementarse con la potencia hemisférica ascendente, competidora de la producción primaria local. El proletariado sujeto a una dirección oportunista indistinguible de liberalismo "aliadófilo". Como ya hemos mencionado en el post sobre Juez, el ejército intentó resolver el salto hacia la autonomía industrial, movilizando al proletariado tras una épica nacional (y social) pero evitando la definición clasista. El resultado fue democrático aunque no muy republicano, con las consecuentes ambigüedades ideológicas que señalás.
En el '73 yo buscaba por otro lado, pero el proceso de la decadencia y muerte de Perón (sumado al cambio de paradigma en el Capitalismo mundial) terminó desbarrancandonos tanto que la cuestión nacional retrocedió a un estado de concentración y dependencia mucho mayor.
Mi juicio es que desde 2003 la curva por lo menos insinuó (apenas) un cambio de rumbo. Asumo la situación como es, con todas las mezcolanas que presenta. Otra opción superadora no se presenta a la vista, por lo menos hasta que ésta se demuestre agotada. Entre tanto lo seguiremos discutiendo, ya que es lo menos que podemos hacer.
Un abrazo.

 
On 30/8/09, 18:44 , mario enrique abait dijo...

Excelente nota y los comentarios. Mario (www.elportaldetandil.blogspot.com; www.desdeelmorisco.blogspot.com)

 
On 30/8/09, 23:10 , Bob Row dijo...

Gracias, Mario.

 
On 7/2/11, 14:34 , ana maria parente dijo...

Te voy a contar algo de historia BOB ,Galasso sabe que no miento pués viviò al lado de mi departamente y me conoce.
En los años veinte mi padre vino de su provincia a estudiar derecho en LA PLATA .Mi padre comenzó a militar en el radicalismo y hacìan mitines en PLAZA ONCE.
Su mentor o iniciador en conceptos nacionalistas básicos era el -luego fundador de la UCR BLOQUISTA-FEDERICO CANTONI.
Encontré un día ,ya fallecido mi viejo que se fué hace muchìsimo tiempo ,un afiche donde aparece "discursiando"primero FEDERICO CANTONI (en negritas grandes) ,las negritas chicas las encabeza:RAUL SCALABRINI ORTIZ y luego sigue mi viejo:Agustín (TÍN) PARENTE .El se llamaba Miguel Agustín pero en Bs As le decían AGUSTIN.
Aparte me emocionò PORQUE QUIEN AMENIZA EL MITIN ES DISCEPOLIN.
Como soy abogada ,esa prueba la he pasado a estudiosos PARA QUE ESTUDIEN LA POSICION DE INICIADOR DE FEDERICO CANTONI.
Le contaba a GALASSO (tiempos ha en la época en que era recién casado con su primer señora ,supongo porque ésta mi informò haberse divorciado)que mi padre al regresar a ENTRE RIOS terminò en el unionismo radical(imperdonable).Le agradezco a ILLIA pués en su etapa final SE LE DESPERTO EL NACIONALISMO A TODO LO QUE DABA.