Se cumplen 40 años del sangriento golpe que Pinochet (con el auxilio de la Casa Blanca, las corporaciones capitalistas y los intelectuales neoliberales) dio al gobierno constitucional de Salvador Allende. Con ello se dio comienzo al más negro período de íntervencionismo imperialista en Sudamérica.
El golpe fue precedido de una larga preparación de acoso y ahogo al gobierno en el que la mayoría simple de una oposición unida (es decir, con la complicidad del centrismo de la "Democracia" Cristiana) se dedicó a rechazar cada iniciativa de ley gubernamental y a destituir ministros e intendentes con cualquier pretexto, amén de impulsar el caos económico y la violenca callejera.
Chile aún vive bajo la sombra ignominiosa de una Constitución ilegítima heredada de la dictadura que ha impedido juzgar a los criminales. Recién se empieza a plantear una reforma constitucional y un pedido de "disculpas". Poco y tarde.
Como argentino que vivió esa pesadilla espero que hoy no caigamos de nuevo en la manipulación y aseguremos la estabilidad del gobierno constitucional sin ceder a las presiones y argumentos reaccionarios.
¡¡Viva Chile, mierda!!

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