No conozco las razones por las que el Dr. Ciapuscio (que habitualmente se ocupa de temas serios) escribió esta nota festejando el estilo humorístico de Luis Juez.
Tal vez sea porque la ofensiva del cordobés contra el kirchnerismo lo ha vuelto republicanamente simpático para los espíritus preocupados por "el avasallamiento de las instituciones".
Independientemente del acomodaticio razonamiento de los "espíritus sensibles", la deriva política de Luis Juez y -hasta cierto punto- de Hermes Binner deja en la boca el sabor metálico de lo irremediable; de lo que no tenía por qué haber sido así. De que el componente de pragmatismo superficial que hubo en las decisiones del gobierno (aliarse al cavallista Schiaretti y al aceitero Urquía) le hizo quedarse sin el pan y sin la torta.
Porque la cabra al monte tira, los intereses de clase existen y las promesas se convierten en traiciones. Porque alienándose a Juez y a Binner se perdieron dos aliados populares que hubieran podido moderar la ofensiva sojera y buscar canales de salida (como el Consejo agrario federal) para evitar el frente unido del campo.
Ahora ya está hecho. Lo que se va a votar de hecho el 28 de Junio define el predominio de los dos grandes campos de opción para los próximos años:
Tal vez sea porque la ofensiva del cordobés contra el kirchnerismo lo ha vuelto republicanamente simpático para los espíritus preocupados por "el avasallamiento de las instituciones".
Independientemente del acomodaticio razonamiento de los "espíritus sensibles", la deriva política de Luis Juez y -hasta cierto punto- de Hermes Binner deja en la boca el sabor metálico de lo irremediable; de lo que no tenía por qué haber sido así. De que el componente de pragmatismo superficial que hubo en las decisiones del gobierno (aliarse al cavallista Schiaretti y al aceitero Urquía) le hizo quedarse sin el pan y sin la torta.
Porque la cabra al monte tira, los intereses de clase existen y las promesas se convierten en traiciones. Porque alienándose a Juez y a Binner se perdieron dos aliados populares que hubieran podido moderar la ofensiva sojera y buscar canales de salida (como el Consejo agrario federal) para evitar el frente unido del campo.
Ahora ya está hecho. Lo que se va a votar de hecho el 28 de Junio define el predominio de los dos grandes campos de opción para los próximos años:
- El del Estado interviniendo y orientando las inversiones y la distribución de la renta.
- El del Mercado decidiendo la estructura productiva y los ingresos según la ley del más fuerte.
Lamentablemente, por esas decisiones innecesarias e inútiles, el primer campo es ahora más débil.
No es que tuviera ilusiones infundadas sobre el carácter ambiguo del kirchnerismo. En 2006 lo caractericé como un "cesarismo benévolo", una versión no reaccionaria del bonapartismo, lo que ya había entrevisto Gramsci en sus ensayos carcelarios sobre Maquiavelo y el Estado; y más claramente Trotsky en el México del General Cárdenas.
Quienes se reclaman a la izquierda del gobierno harían bien en releer a esos "principiantes" antes de echar leña al fuego reforzando con sus votos y actitudes (como sucedió con la 125) la confusión que refuerza el bloque histórico de la burguesía dependiente. La que nunca podrá arrancar al país de las garras de la producción primaria y llevarlo a la vía del desarrollo.
No es que tuviera ilusiones infundadas sobre el carácter ambiguo del kirchnerismo. En 2006 lo caractericé como un "cesarismo benévolo", una versión no reaccionaria del bonapartismo, lo que ya había entrevisto Gramsci en sus ensayos carcelarios sobre Maquiavelo y el Estado; y más claramente Trotsky en el México del General Cárdenas.
Quienes se reclaman a la izquierda del gobierno harían bien en releer a esos "principiantes" antes de echar leña al fuego reforzando con sus votos y actitudes (como sucedió con la 125) la confusión que refuerza el bloque histórico de la burguesía dependiente. La que nunca podrá arrancar al país de las garras de la producción primaria y llevarlo a la vía del desarrollo.
Comments (12)
Impecable, además la carita de yo-no-fuí de Juez sobre ¿una tormenta? es elocuente.
Pero me atrevo a disentir en un punto: Creo que el kirchnerismo contiene "en sí" esas dos opciones que vos marcaste, de allí sus acuerdos espurios con capitales del juego y la minería. Además, con un estado semidestruído como el que heredó el kirchnerismo las regals del cesarismo deben revisarse, y las de la oposición (que sigue considerandose "leal"), también. Un saludo.
El carácter dual del cesarismo (en términos del lenguaje de Gr.) o bonapartismo (analizado por Tr.) en los países periféricos es obligado por su condición de defensor del capitalismo nacional a falta de una burguesía que lo asuma. De allí se derivan rasgos como el autoritarismo (más o menos pronunciado), su escaso cuidado por las formas institucionales, su pragmatismo (entendido como tentativa de evitar que los conflictos se le vayan de las manos) y sus alianzas cambiantes, para mantener una base social y política en las diversas situaciones.
Creo que esto no es más que decir de otro modo, o tal vez desarrollar con otro énfasis, lo mismo que decís vos. Sin embargo, no creo que Juez o Binner pudieran ser aliados más estables y confiables de lo que fueron, aunque se hubiera tenido una actitud más contemplativa con sus respectivas manías. De todas maneras, los dos son casos diferentes. Juez es un pequeño rey-sol de provincia, con quien no hay manera de llevarse bien que no sea darle todos los gustos. Binner, en cambio, pertenece a esa curiosa especie juanbejustiana de conservadores convencidos de que son socialistas. Algo que es incompatible con cualquier proyecto nacionalista populista.
Un abrazo
Qué bueno es tener lectores inteligentes con quienes dialogar en un lenguaje compartido. Y qué comprometedor.
Galiano: Voy a tener que hacer algo mejor con los fondos. Me escudo en el apuro de la entrega, pero igual. En este caso se suponía representar a Juez como un artista del chiste haciendo una caravana ante los aplausos. Lo que faltó fueron algunos elementos escénicos (luces, cortinas) en lugar de un fondo oscuro de compromiso.
Es así con las dos "almas" del kirchnerismo, como corresponde a toda experiencia cesarista/bonapartista. No viene para destruir al capital sino para "domesticarlo" al servicio de algún proyecto. La profundidad del proyecto depende tanto de la personalidad del político del caso, como de las posibilidades que el momento histórico ofrece. De más está decir que -como bien señalás- las condiciones eran muy diferentes en 2003 de la que habían sido en 1946, por ejemplo.
No estoy muy seguro de cuáles serían las "reglas del cesarismo" que deberían revisarse (una de sus especialidades es no atarse a reglas ni alianzas estables, como bien señala Andrés el viejo). Las de la oposición "leal" (supongo que te referís a Pino y la izquierda menos obtusa) sí que deberían evitar el error de la 125. De hecho las declaraciones de Pino en el programa de Wainfeld el domingo fueron mucho más equilibradas que en todos estos años, empezando por reconocer algunas medidas positivas dignas de apoyo.
Las otras oposiciones (el properonismo y el republicanismo) está claro que aspiran al caos y la renuncia anticipada (y, si es posible, al fusilamiento del matrimonio "Ceausescu"). Pocas expresiones políticas me hacen desear, como éstos, que el infierno exista para que se pudran en él. Un abrazo.
Andrés: no voy a redundar en lo que estamos de acuerdo. Prefiero ahondar en alguna de las dudas que tengo. Cuando decimos que en los países periféricos "es obligado por su condición de defensor del cap. nacional a falta de una burguesía que lo asuma", me pregunto qué lo obligaría o, en otros términos, a quién representaría faltando una burguesía nacional (capaz o ambiciosa).
En el caso de Perón o Cárdenas (y Chávez), lo sabemos, era el ejército, amenazado en su razón de existir por la prepotencia imperial (en Mexico por su cercanía y acá por la competencia agrícola). Luego se suman la burocracia estatal, las empresas nacionalizadas, los trabajadores, etc.
Lo curioso del kirchnerismo es la falta de esos elementos al llegar al gobierno. Ni ejército, ni burocracia, ni burguesía nacional (completamente entrelazada hasta con el capital sub-imperial brasileño) y organizaciones obreras aún indecisas. Llega con un voto positivo mínimo y sin partidos opositores.
Parecería que decide construir su "relato" por descarte de expectativas en medio del vacío de demandas concretas. Más por la negativa del proceso de la década anterior que otra cosa. Los elementos del relato los conocemos: reiniciar los juicios por DDHH, rescatar la Corte Suprema, liquidar los restos del corralito, salir del default, subordinar el capital financiero a la función productiva, recomponer el salario y la ocupación.
La clave del esquema estaba en el manejo de los saldos exportables (la tan mentada caja del superavit fiscal) que permitiera tomar decisiones desde el comando de la Política y no del Mercado. Y esto en medio de una revolución tecnológica en la agricultura que cambiaba las ecuaciones de sectores de clase en el campo. Acá es donde parece haber fallado la muñeca cesarista al surfear sobre el esquema sin comprenderlo (y me incluyo en la ignorancia de lo que estaba pasando). Hoy vemos que la doble o triple renta (propietario, arrendatario y acopiador) incubaba un conflicto antes o después. En Brasil tengo entendido que hay un límite legal a este mercado de tierras.
En todo caso, cuando estalló el conflicto Binner osciló bastante y ofreció la tangente del Consejo (sé poco de Juez). Hubo tiempo (creo) para encarar las correcciones a la 125 y despolitizarla, aislando a los De Angeli y los caceroleros de Recoleta de la masa de maniobras (parezco Manolo).
Pero la fortaleza del cesarismo es su debilidad: no pertenece orgánicamente a ningún sector de la burguesía en la que apoyarse (industriales mudos, cegetistas e intendentes dormidos y así). La política que sólo se sostiene por sí misma termina girando en el vacío por no representar económicamente a nadie. Y con nosotros, los ciudadanos digitales, no alcanza, claro. Otro abrazo.
Sin ánimo de extender esto, el fondo , no intencional, quedó bárbardo así.
La regla que debería revisar este neo-cesarismo es compensar las debilidades que tiene en el aparato estatal con lazos más fuertes con la sociedad civil, o sus organizaciones intermediarias: Ya lo ralearon a D´Elía, ningunean a De Gennaro,etc...: la política de no mantener alianzas estables, hacía abajo les quita aliados sociales.
Andres: Ya sé que el cesarismo no es anticapitalista, pero aquí, la voluntad de "sustituir a la burguesía" oscila entre la 125, Skanska, Britos, etc...: No hay una política para el capital, vamos viendo según la cara, la onda y las necesidades del momento.
Saludos a ambos.
Y...sí ¿qué te puedo decir? es así, tal cual. Para mucha gente de izquierda (con años de militancia) se planteó la disyuntiva: pelearla desde adentro o desde afuera. El futuro dirá quién tuvo razón, pero no creo que pueda recriminarse a nadie por su decisión. Abrazo.
En mi opinión, el origen del actual régimen bonapartista o cesarista está en el derrumbe de la convertibilidad y la inviabilidad de un recambio golpista. El resultado fue la emergencia del gobierno de Duhalde, que cambia las reglas de juego económicas sepultando a la valorización financiera como eje de la economía y poniendo en el centro a la producción. Kirchner profundizó esa modificación de la política económica y la complementó con medidas políticas. Tiendo a pensar que en ese período convulsivo actuó la astucia de la razón (como decía Hegel): la necesidad se abrió paso por medio de los recursos que estaban a mano: las estructuras del PJ jugaron el papel que no podían jugar las FF.AA.: dar sustentación a un régimen capaz de encarrilar a la Nación. Si no hicieron falta tanques ni bayonetas, ni aun garrotes, fue simplemente porque nadie estaba en condiciones de disputar el poder y, ni siquiera, de poner en duda a los que se hacían cargo de él. Ya con Duhalde y más con Kirchner, la burocracia estatal se hizo cargo de su propio papel, tan fundamental para todo bonapartismo que respete. Y la recomposición sindical, con la caída de la desocupación, permitió a los sindicatos sumarse.
El camino hacia el cesarismo fue tortuoso, aunque me parece que menos de lo que fue en México, que pasó una década y quizás dos para montar la columna vertebral del Estado (el PRI).
Coincido en señalar como un déficit enorme la ausencia de una política decidida y sistemática de organización y movilización popular. Pero esto también debe imputarse a la tradicional desconfianza de todos los cesarismos hacia movimientos desde abajo que no controlen. Getulio Vargas hizo hasta lo imposible por mantener a las masas en un férreo corset.
Para mí, este déficit es el más grave. La ausencia de tal ley, de tal expropiación o de tal medida redistributiva pueden remediarse con cierta velocidad. La organización y movilización de las masas requiere tiempo y el que se pierde no se recupera.
Abrazos
Me parece que se sigue sin entender lo del conflicto agrario, que ha sido el detonante de esta debacle.
Se van reemplazando falsos paradigmas, por nuevos paradigmas tan falsos como los anteriores.
Ahora es la doble o triple renta, es la resistencia de los intelectuales de biblioteca a examinar la realidad.
Mariano: No tengo resistencia a examinar la realidad o a ser desasnado por quienes la conozcan mejor que yo (habrás visto que me incluí entre los que no conocían los cambios registrados en los últimos años).
Habiendo dejado de frecuentar los pasillos universitarios hace varios años, el mote de "intelectual de biblioteca" me queda grande.
Pero -ya que encontraste esa frase sobre la doble o triple renta en medio de parrafadas bastante densas- sería bueno que aportaras tu conocimiento para mejorar la comprensión teórica del modelo kirchnerista en el contexto de esa discusión. Saludos.
Bob: Por supuesto cuando me refiero a intelectuales de biblioteca no
me refiero a usted que ha levantado el concepto de "expertos", que son
los que teorizan sin relación con la realidad, y a veces con la
lógica.
Cuando se habla de una renta doble o triple, se implica que el sistema
no funciona sin esa característica, y eso no es verdad. En realidad
renta, o ganancia, hay una sola. Acá, y en otros lados con menor
intensidad, se ha generado un sistema de división de esa renta, entre
el propietario, que cobra una renta inmobiliaria igual que el dueño de
un comercio en Caballito, y el capitalista empresario, que tiene una
ganancia que aspira sea proporcional al capital involucrado y el
riesgo. No hay terceros, salvo el estado.
La relación de como se divide esa renta refleja la proporción entre
tierra y capital disponible. Después de 4 o 5 años buenos, el capital
disponible aumenta, y la proporción que queda en las manos del
rentista inmobiliario aumenta porque la tierra es fija. Después de un
año malo como el que pasó, el capital escasea y el rentista ve
disminuida su tajada.
Funciona bien así, permite que el azar de poseer un campo no determine
la dirección de la explotación.
La figura del contratista que aporta el trabajo también es una
característica positiva, porque permite que todas las explotaciones
tengan acceso a la misma tecnología en maquinarias, a un costo
razonable, que sería insostenible si cada productor tuviera que estar
al día en las novedades tecnológicas.Eso determina que la Argentina
obtenga buenos resultados con una menor dotación de HP promedio por
hectárea que países con tenencias similares como Estados Unidos.
También baja la barrera de ingreso a la actividad, hasta volverla casi
inexistente. Cualquiera que tenga propensión al riesgo se pone a
sembrar en la Argentina, consiguiendo sin mayor esfuerzo todos los
factores de la producción, mientras que en otro país es mucho más
difícil.
Mariano: Ya que te tomaste el trabajo de abundar en los detalles de los modos de explotación agraria, te aclaro que no tomé la idea de ningún "experto" sino de varios testimonios recogidos a raíz del conflicto.
Yendo a tu comentario, coincido en que la renta es una y se divide entre los distintos agentes que intervienen en la producción-comercialización (el Estado y el exportador que descuenta las retenciones del precio que paga al productor los dejamos provisionalmente aparte, por ahora). Entiendo que llamarla "doble o triple renta" es incorrecto técnicamente y sólo se trataba de una forma condensada de apuntar al hecho de que hay varios agentes que esperan recibir una rentabilidad "razonable" de su participación en la producción. Lo cual no queda desmentido sino reforzado por tu descripción del proceso.
Incluso me imagino que un estudio más detallado podría agregar variantes al modelo, por la tercerización de algunas tareas, como la fumigación y por el desdoblamiento de actividades de algunos productores alternando el trabajo de un campo propio y arrendando otros, etc.
Se puede hacer una valoración positiva de esa "sinergia" entre distintos agentes por su alta productividad o se puede matizar desde otras perspectivas por sus efectos sociales (escaso empleo de mano de obra, migraciones, conflictos por los márgenes de rentabilidad de unidades menores) y culturales (actividad encarada como inversión oportunista ocasional, como se desprende implícitamente de tu última frase que une a "cualquiera" con "sin mayor esfuerzo", creciente absentismo de pequeños propietarios que esperan vivir en la ciudad del alquiler de su campito).
Por mi parte, veo que desde los lejanos días de la estancia combinada organizada por los grandes propietarios beneficiados por la "Conquista del Desierto" roquista hasta la fragmentación actual, persiste un carácter inevitablemente industrial y comercial en la producción pampeana absolutamente ajeno a la producción alimentaria familiar del campesinado tradicional extra-pampeano (y aún de los antiguos "farmers" norteamericanos en vías de extinción).
Es mucho lo que se puede criticar a las torpezas con las que se implementó y defendió la 125. Pero mi sospecha es que frente a los precios inauditos de 2008, hasta un gobierno conservador se habría visto forzado a equilibrar impositivamente la rentabilidad agraria (sobre todo de la soja) con la baja rentabilidad media del resto de la economía a riesgo de una succión imparable de recursos de inversión y una carrera enloquecida en los precios de los alquileres. El complemento necesario de esa intervención debería ser un Banco de Desarrollo que redireccionase los recursos recaudados hacia el estímulo de otras actividades de valor agregado y laboreo a largo plazo (miel, cerdos, aves, leche, etc).
Lo particular del conflicto campero fue la existencia de una "masa crítica" de agentes menores con tiempo, movilidad y reservas acumuladas que les daba la capacidad de resistir una disminución de los márgenes que los dejaba fuera del negocio (sobre todo si tenían que blanquear todas las transacciones) y estaban dispuestos a defender el estilo de vida al que habían accedido. El problema es ¿cómo se define el óptimo de tamaño de una unidad productiva para que provea una rentabilidad "razonable" a un propietario rentista + el inversor + el contratista + más el acopiador + el peón + el exportador + el Estado y no sé si me olvido alguno? Hubo quien me discutió que tenía derecho a vivir tranquilo del alquiler de sus 50 ha. Creo que eso equivaldría a poseer un quiosco de golosinas en un barrio común de Bs.As. y esperar vivir de alquilarlo y pagar educación privada, cochera y prepaga médica tanto para el locatario como para el locador. ¿Cuál es el límite? Cordialmente.
Bob, un placer charlar con gente inteligente y perspicaz.
Evidenteme ni en la Argentina ni en Estados Unidos puede subsistir el modelo de agricultura de baja escala, porque ambos países estan obligados a exportar una parte importante de su producción (por la relac ha cultiv / habit), y por lo tanto a vender barato, a veces muy barato.
Un tipo de 50 ha fue pobre siempre, a veces bastante pobre, a veces clase media. No es de extrañar que si una vez en la vida ve que puede llegar , aunque sea por un tiempo, a un ingreso de clase media alta, y el gobierno le dice que no lo va a dejar porque es un egoista oligarca que gana demasiado, salga a la calle con más furia que el que nunca tuvo nada.
Y encima cuando el presidente es millonario.
Tampoco es de extrañar que el que pensó que en el pueblo de Pellegrini cabía un restaurant más, porque los dos que había antes estaban llenos, hizo su inversión y una medida del gobierno lo obliga a cerrar a los dos meses, vaya a estar muy contento.
La intervención del estado en un negocio tan cambiante y riesgoso como la agricultura lleva en la mayoría de los casos a que se lo haga responsable de todo, hasta de que no llueva. Si uno no esta dispuesto a compensar siempre todas las pérdidas, no se puede llevar las ganancias cuando tocan.
Mariano: ojalá que la nueva situación creada tras las elecciones legislativas permitan retomar las discusiones con menos belicismo que hasta ahora.
Creo que estamos de acuerdo en que existe una razonabilidad balanceable entre las condiciones naturales de explotación, las aspiraciones de los agentes y las necesidades de desarrollo del país. Seguramente ese equilibrio signifique que algunos queden fuera del "negocio".
La inteligencia de las decisiones gubernamentales se mide por la creatividad en la oferta de alternativas. Yo recuerdo tus argumentos de que el mal manejo de la producción pecuaria llevó a algunos a intentar la vía sojera, incluso en tierras no ideales para ello. Si fuera así, ese es el camino que se debería retomar, en lugar de unificar a grandes y chicos tras un reclamo monolítico de desgravación de la soja del que los reales beneficiarios serían sólo los grandes. Ni que hablar de volver a las épocas en que la aparente libertad de mercado absoluta llevó a la quiebra a más productores que nunca.
Vista la oferta política existente, sigo creyendo que buscar los canales de diálogo con este gobierno sigue siendo la mejor opción. Saludos.